Foto de cabecera ©RicardoSalas
Entre el arte y la tecnología el diálogo es cada vez más cercano. Se ha ido creando una relación que es capaz de acentuar lo más valioso de ambos medios, de abrir nuevos caminos en el panorama cultural y de demostrarnos que la convivencia entre ellas no solo es posible, sino enriquecedora. Como si se tratase de echar un poco de sal a un ingrediente naturalmente delicioso, con el único fin de potenciar sus sabores y deleitarnos con el resultado.
La interacción en tiempo real del movimiento corporal con la luz y el sonido es lo que Instituto Stocos ha desarrollado desde sus inicios, en el año 2008. En sus primeros quince años de trayectoria, esta compañía de danza madrileña ha dado con una fórmula que nos muestra, con una armonía hipnotizante, la confluencia entre esos elementos.
La coreógrafa y bailarina Muriel Romero y el compositor Pablo Palacio han sido los encargados de dar forma a esta propuesta, que toma el desarrollo de tecnologías digitales como parte del proceso de creación de sus obras escénicas.
Su último trabajo, Embodied Machine (Maquina encarnada), se estrenó dentro del XII Festival Internacional de Cine, Danza y Nuevos Medios (Fiver), celebrado este mes en Teatros del Canal, uno de los espacios culturales de innovación y referencia en la capital. En esta obra, Pablo Palacio explica que se trabaja sobre una “exploración de la conexión entre los seres humanos y la tecnología”.
En esta pieza han apostado por una tecnología utilizada en animación de cine para la creación de películas como Avatar. El vestuario que utiliza la bailarina, creado por la artista Raquel Buj, cuenta con más de cincuenta sensores que capturan el movimiento en tiempo real, se traducen en señales de control e influyen en el movimiento de la luz y la creación del sonido. Esta segunda piel de la bailarina cobra vida como una obra de arte en sí misma, producido además con materiales experimentales y orgánicos. Espectáculo de Oecumene ©Guillermo Carrión[/caption]
Instituto Stocos logra unir diferentes disciplinas y expandir la energía corporal de la danza hacia otras modalidades corporales. Revelan que la inteligencia artificial, la biología, la psicología experimental e incluso las matemáticas, se pueden convertir en entidades danzantes y dotar a las artes escénicas de nuevos lenguajes de expresión.
Instituto Stocos estrena nueva obra
El 23 de noviembre presentarán otra de sus obras en el Festival Internacional de Danza de Bilbao: Oecumene, un viaje sonoro a través de las lenguas del mundo. Desde la danza, la composición electroacústica y visuales interactivos, reflexiona sobre el lugar del individuo en el mundo y rompe los límites de procedencias geográficas e identidades culturales de origen. Todo esto a través de sensores de movimiento en las articulaciones y un calzado interactivo sensible a la presión. [Entradas]