Foto de cabecera © Rubén Sanz
Lo exhibido el sábado pasado en el WiZink madrileño fue la demostración de una banda que ha sabido crecer con cada vista a la capital. La primera fue a la sal Cool en 2019, la siguiente en La Riviera en 2022 y ahora refrendan que son más que una banda promesa, ya son realidad: una banda completísima que ya ha acariciado la grandeza.
El concierto de Madrid supuso un despliegue escenográfico de primer nivel: unas pantallas funcionales que muestran al grupo en directo y en especial a su frontman Grian Chatten, luego la sobriedad de ese corazón deformado con rostro humano (y lagrimilla) que da portada a Romance presidiendo el centro y unas luces molonas e impactantes.
La canción que da título al último disco sirvió de introducción especial para continuar con una de las grandes canciones de Skinty Fia (2022), Jackie Down the Line, un hit ideal para caldear el ambiente. Tiene Chatten algo en su fraseo que recuerda la irreverencia de Liam Gallagher, pero más como un colega cercano que te quiere contar una historia con fluidez y buen rollo. Siguió Televised Mind, de A Hero’s Death (2020), que incide en la energía rockera de manera fulminante. Buen inicio.
La banda no es que posea un estilismo impecable, por momentos sus pintas me recuerdan a Bez de Happy Mondays, pero nos da igual, porque su actitud es cercanos y suenan rotundos. Lo importante es lo que suena, que fluye divinamente.
Suenan atronadoras canciones como Big, Nabokov, Death Kink. Y eso que se dejaron Too Real en el tintero, una canción apabullante. También seducen con medios tiempos que crecen como Roman Holiday, Big Shot o Bug. O con baladas emocionantes como Sundowner o Horseness is the Whatness.
De pronto, a medio concierto el guitarra Carlos O’Connell se atreve con los primeros versos y compases de Tesoros de Antonio Vega, en un guiño hacia el músico madrileño que nos encantó. En la recta final atacaron la luminosa Favourite y un clásico de Dogrel (2019), la rabiosamente juvenil Boys in the Better Land, que incita al pogo.
Fue un concierto bien medido con sus momentos álgidos, y sus momentos más calmados pero sobre todo por la buena ‘vibra’, no en vano presenciamos a una banda en estado pletórico.
Los bises fueron de órdago. La preciosa balada In the Modern World I Love You, un gran medio tiempo creciente como I Love You. Acabaron con su último gran single, la impresionante Starbuster. Estuvieron inmensos. Fue la consagración de los dublineses.