Foto de cabecera. El fantasma de la ópera
Es San Isidro y me alojo en el UMusic Hotel Madrid; a escasos metros de Sol. Un hotel de cinco estrellas, el primero del mundo de la cadena (que ha anunciado su nuevo UMusic Madrid Reina Victoria), que se inauguró hace apenas nueve meses. Su fachada es la original del mítico Teatro Albéniz, inaugurado en 1945 y cerrado desde hace más de diez años. En ella sorprenden las enormes esculturas de madera del escultor Ángel Ferrant, que en su momento fueron autómatas. Hoy lucen con detalles de San Isidro, ya que el hotel las interviene con los distintos eventos de la ciudad, como El Orgullo o San Valentín.
Tras esta se encuentran el hotel y el nuevo Teatro Albéniz, por el que los vecinos han luchado tanto, y del que guardo muchos recuerdos como espectador. En la noche podré volver a una de sus 898 butacas y asistir a una función de El fantasma de la ópera, el musical más exitoso de la historia, del que también guardo un recuerdo asombroso de hace más de veinte años en el Lope de Vega. Porque UMusic Hotel Madrid es un hotel dentro de un teatro o un teatro dentro de un hotel. «Nuestro objetivo es crear una experiencia que nos haga únicos frente a otros establecimientos», nos comentan desde el departamento de comunicación.
Cuenta con 130 habitaciones y suites. A lo largo de sus pasillos y estancias puedes disfrutar de diversas obras (por ejemplo, de Lola Flores o Enrique Morente) y objetos relacionados con la música y la historia de la disquera Universal Music, que entre sus miles de referencias tiene a The Beatles, Queen, Guns N’Roses, Camarón o Bob Marley. Los ascensores están decorados con discos que, además, puedes escuchar en su mediateca de vinilos, que contiene verdaderas joyas.
Las distintas plantas han sido intervenidas por artistas urbanos. En mi caso, la quinta, cuenta con la obra de Miguel Angel Belinchón que retrata a diferentes músicos icónicos. Otras están intervenidas por, entre otros, Ricardo Cavolo o Sphir, autor también del mural de Camarón que se puede apreciar desde la terraza Nota Alta, junto a la piscina. Esta cuenta con unas vistas únicas. Se puede divisar desde el cartel de Tío Pepe, el reloj de Sol, el Teatro Real, las torres de Gran Vía o la sierra en el horizonte. Suelen celebrar el atardecer con conciertos acústicos y cuenta con una propuesta gastronómica variada.
Llego a mi habitación “Deluxe”, espaciosa pero cálida, con reminiscencias teatrales, confortable pero alejada de lo fastuoso. Me recibe una emotiva nota personalizada (“donde los Duendes tejen melodías mágicas”) junto a una tapa de jamón y los mejores deseos con mi nombre escritos en el espejo y un tocadiscos con el vinilo Autorretratos: Lo mejor de Antonio Vega. Uno de mis músicos favoritos. Espero no sea cosa de la IA. Y es que, a veces, las estrellas están en los detalles y el lujo en la atención y en lo inefable.
Al caer la noche, se abre el telón y El fantasma de la ópera no me defrauda. Hace honor al mito con un gran elenco, una propuesta realmente emocionante y una puesta en escena muy inteligente y deslumbrante. Si, como dice la obra “la música es la conciencia del alma”, no se me ocurre una obra más apropiada para esta propuesta hotelera. Ha concluido temporada, pero volverá en septiembre y ahora da paso al Umusic Festival.
Con la emoción entre pecho y espalda y un poco de hambre, en pleno barrio de las Letras es fácil agigantar la experiencia con un sinfín de posibilidades. Me decanto por La Ferretería Restaurante ubicado en la que fue la ferretería más antigua de Madrid para cenar y después por el genial Inclán Brutal Bar para tomar uno de sus “esperpénticos” cócteles.
Por la mañana, en el desayuno, tampoco podía faltar la música, al igual que sucede más tarde en el brunch. Actúan alumnos de música de la escuela de artes TAI. El hotel también participa en Piano City o en conciertos solidarios de la Universidad Adolfo X el Sabio. “El apoyo a la cultura local es parte de la esencia de la marca y las tendencias actuales van más allá de un alojamiento; los clientes quieren ser protagonistas y sorprenderse”.