Foto de cabecera C. Tangana. © Javier Biosca
La vigitana Joana Serrat suena auténtica. El pasado viernes 7 de junio se publicaba su sexto disco Big Wave (Dear Great Canyon). Un disco inspirado en el Loveless de My Bloody Valentine, en el Hey What de Low («¡Menuda producción de BJ Burton», comenta) y en Oneohtrix Point Never. Su personalidad queda presente en sus discos, así como su apertura musical. «He aprendido mucho. Pero de momento estoy en un punto en que necesito investigar, investigarme a mí misma. Soy consciente que no estoy creando ni inventando nada nuevo: estoy aportando mi visión. He tenido discos que tienen más tendencia pop, más folk, he hecho discos más de raíz americana. O con esas reverb por las influencias slowcore, shoegaze. Pero de momento lo que siento es esa exploración», nos comenta por videollamada Serrat.
Este disco, esta ‘gran ola’, está dedicado a sus abuelos ¿Qué significaron para ti, para dedicárselo a ellos? «Sobre todo hay una cuestión emocional. Meses antes de grabar el disco se murió mi abuela. Y yo con mi abuela tenía una relación muy estrecha y muy especial. Somos una generación que con los abuelos ha tenido una relación, un entendimiento muy bonito. Sin pensarlo, me salió una canción (Are you still here?) que es la única canción en que descaradamente transmite una cierta luz, una cierta alegría, precisamente por mi pequeño homenaje a mi abuela. Luego mi abuelo que llevaba muchos años de enfermedad, se murió el año pasado. Es la persona que me enseñó lenguaje musical cuando yo era muy pequeña. Era músico profesional, se dedicaba a otros trabajos, pero estudió en el conservatorio. Entonces el disco, con todo ese huracán emocional de lo que habla, tenía un sentido total dedicárselo a ellos. Era el fin de una época, de un periodo de mi vida en el que ellos se van, y eso también fue muy significativo», explica Joana Serrat.
Propuestas como la suya van creciendo, y reciben buenísimas críticas en Uncut y en Mojo. «Además de positivas, por todo lo que puedo extraer, del terreno al que lo lleva el crítico, su visión y su análisis. Y me encanta leerlo porque a veces me digo, esto no lo había ni pensado», comenta. Musicalmente Big Wave es un disco abierto, con una vertiente muy explosiva a nivel emocional. «Tenía clara la idea de adónde quería ir, el diseño sonoro y unas directrices muy concretas: tiene que ser agresivo, tiene que tener peso, quiero utilizar choques de sonidos, no tiene que ser bonito, tiene que molestar, tiene que ser incómodo, porque es así como yo me sentía. Justamente cuando estaba grabando el disco, estaba mal emocionalmente y empecé a hacer terapia, y me di cuenta de por qué mis discos son tan intensitos: la música ha sido el único espacio en mi vida en el que me he dado libertad, en el que no me he juzgado, y donde no me he puesto ningún filtro. Mi terapeuta, Rosana Corbacho, psicóloga especialista en la industria musical, me ha cambiado la vida, la recomiendo», nos confiesa.
Joana Serrat también se juntó con Víctor Partido, Matthew McDaid, Roger Usart (y su hermano Toni) y se crearon las sinergias necesarias para formar la banda Riders of the Canyon, con un único disco editado en 2023. «Tal y como vivo la música, lo que representa, y como yo la entiendo, para mí tiene todo el sentido del mundo trabajar en equipo. Somos cinco músicos que nos sentimos muy aislados, sin ninguna escena que nos reconozca, pues vamos a crear nosotros nuestra propia escena».
Cuando hablamos de la precariedad en la cultura, y de la situación del sector de la música nos comenta que «es lo mismo que está pasando en la sociedad a nivel económico. La separación que hay entre la élite y entre la clase trabajadora es cada vez más y más grande. Es obsceno. Dicen que la industria musical está en su mejor momento. Perdone usted, que haya fenómenos como Taylor Swift que están facturando una burrada, va en detrimento de una industria que se está muriendo. Que haya festivales, está de puta madre. Pero si matas las salas, matas la escena», concluye.