Cada día, la sociedad está más familiarizada con las siglas LGTBIAQ+. Hemos preguntado a los responsables de la librería Mary Read de Madrid (C/ Marqués de Toca, 3), un espacio especializado en temática LGTBIAQ+ transfeminista, para que nos las expliquen detalladamente.
Foto © Daniel Roses
Óscar Romero y Ana Murillo se han apoyado en libros concretos para hacernos más fácil comprender cada término. Como dijo Arthur Schopenhauer, “leer es equivalente a pensar con la cabeza de otra persona en lugar de con la propia”. Comprendamos pues otras realidades a través de los libros.
L de lesbiana(s), y de Leslie Feinberg, autora de Stone Butch Blues (Leslie Feinberg, Levanta fuego, 2021) obra de culto de la literatura sáfica que cuenta la historia de Jess, una bollera butch que tendrá que enfrentarse a la violencia policial, a abusos laborales, a la incomprensión de su familia y a miradas por la calle por su aspecto.
G de gay(s), aunque nos gusta más marica o maricón, Mateo, protagonista de Mansos (Alfaguara, 2010, 2021), primera novela de Bob Pop que narra un episodio en una sauna de Madrid durante una noche que se tuerce demasiado y que podemos ver también en su serie Maricón perdido, con acento en la o, que suena a bóveda.
T de trans, como el (h)amor trans, sexto título de la colección (h)amor (VVAA, Continta me tienes, 2020) que reúne 13 textos escritos por personas trans que demuestran que el género es tan solo un espectro en el que puedes encontrarte en los extremos, entre medias o transitar por él, experimentar y relacionarte con el mundo desde otros lugares.
B de bisexuales, de Bruna, Tristán y Argenis, protagonistas de Tan jóvenes y la pena (Millanes Rivas, Dieci6, 2021) una historia que mezcla teatro, romance y techno en un entorno rural y mitológico en el que las tres se apoyarán en su relación para atravesar cuestiones como la precariedad, el duelo y la ilusión por nuevos proyectos.
I de intersexual, de hiena. Ya, ya sabemos que es con hache, pero es muda, no como las personas intersexuales (aquellas que presentan variaciones congénitas del desarrollo sexual), ni las hienas, que empiezan a defenderse y a cacarear bien alto en La rebelión de las hienas, relatos corporales de personas intersex (Mer Gómez, Bellaterra, 2022). ¿Sabes que conoces a más personas intersex que pelirrojas?
A de asexuales, de arrománticxs, de quienes no sienten atracción sexual ni romántica por las personas con las que se relacionan, como varios de los personajes de Sombras sobre Shimanami (Yuhki Kamatani, Tomo Domo, 2017)
Q+ de queer, como las voces de Asalto a Oz (Dos bigotes, 2019), una antología de narrativa queer que reúne a distintas personas LGBTIAQ+ en un cajón de sastre, que es lo que viene a ser al final lo queer, ese espacio en el que vcaben quienes nos alejamos de la norma, a quienes nos llaman raras, desviados y degeneradas y que resulta que no somos tan minoría, por eso hemos tenido que añadir una +, porque cada vez se visibilizan más realidades que no acaban de encajar en las siglas anteriores y no queremos dejar a nadie fuera porque lo que unos llaman “márgenes” para nosotres es el centro.
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