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ay algo en María de la Flor que llama a las raíces. “Tiene un sentido íntimo, que es también mi relación con el folclore, con mis referencias, con mi pueblo, con las cosas que a lo mejor a mí me han llamado la atención y me han nutrido artísticamente. El folclore se ha introducido tanto, desde siempre, y con tanta facilidad en tantos ámbitos. Y espero que siga siendo así. Que muchas veces es difícil hablar desde una forma ortodoxa. Habría que ser recuperadores de folclore para ello. A mí algo que me emociona del folclore es que es una música para compartir. Incluso a nivel individual, casi a modo rezo. Y me ha llamado la barrera que rompe esa universalidad de ciertos patrones, de ciertos sonidos, por muy propios de cada tierra que sean. Y luego cómo eso une, esa diversidad”, me cuenta por videoconferencia.
“Para mí la voz es un elemento de identidad. Todo nuestro cuerpo reacciona a ciertos estímulos dándole la bienvenida. Y para mí la música y la voz funcionan un poco así. A mí me gusta conocer mi instrumento. Y disfruto de la propia curiosidad que me ofrece mi cuerpo”. María tocaba el violín en la Fundación Música Maestro. Diego Galaz, de Fetén Fetén, produjo Temple (2021), su primer EP. Carlos Monfort ha producido Hilanderas, su primer álbum publicado el pasado mes de mayo, que desprende clasicismo y encuentro con la vida y las personas. Un descubrimiento especial que ha venido para quedarse.
María transmite humildad, talento y calma. Una templanza que quizás le venga de su profesión de psicóloga. “Mi límite está en mi bienestar y en mi salud. Me entregaré con pasión artísticamente a lo que hago hasta que esté bien. Para mi es tan infinita la curiosidad humana y tan infinito el arte que veo muchos sitios por los que llegar. Ahora mismo trabajo en una clínica y tengo pacientes. A mí lo que me aporta es en ir entrenando mi mirada sensible y en querer estar con la gente, y escucharles. La psicología me aporta en la música lo que me aporta como persona: que tengo un contenido que ofrecer, una sensibilidad entrenada y que tengo una mirada despierta, llena de cariño, compasión, amor. Con eso es con lo que escribo canciones”.
Sus grandes referentes como cantantes son personas con alma con algo que decir, como Tom Waits, Leonard Cohen, Javier Krahe, o muchísimas mujeres con voces graves o raras como Anaïs Mitchells. Está convencida “que hay más visibilidad de las mujeres. Y que se ejerce con responsabilidad. Tenemos que estar todos y todas más incluidos. Que cada uno ocupe su lugar. Se va dando más espacio y visibilidad. Y espero que vaya a más. Y también deseo que todas las actitudes, vamos a decir arcaicas y machistas, vayan despareciendo”, comenta.
“Como sociedad hay una carencia. Y es que no escuchamos a las personas mayores. Si preguntamos a nuestros abuelos nos dan lecciones de vida. Pero también reivindico la adolescencia a todas las edades. Creo que a veces hay que tener ese punto alocado”, apunta. Y remata la conversación con varios mensajes que se recuerda cada día. “Sinceridad con uno mismo, humildad, construcción del ego”.