Corría el año 2016 cuando, durante una cena, un grupo de amigos daneses fue testigo de la cantidad de comida en buen estado que los camareros tiraban a la basura por no haber sido consumida. Ese gesto les dio que pensar, tanto, que poco tiempo después se lanzaron a crear Too Good To Go, una aplicación para ayudar a reducir el desperdicio de comida. Su funcionamiento es fácil, una vez el usuario se registra, puede ver los establecimientos que tiene a su alrededor a los que acudir para salvar uno de sus packs sorpresa, formados por productos de calidad, frescos y, en su mayoría, elaborados en el mismo día, a un precio que oscila entre los tres y cinco euros. Pagas el pedido a través de la app, acuerdas la hora de recogida y así evitas la misma emisión de CO2 que realizaría un coche en ocho kilómetros. Esto supone un triunfo para todas las partes: gana el empresario, gana el consumidor y gana el planeta.
Y es que los datos sobre el desperdicio de alimentos le remueven la conciencia a cualquiera: un tercio de la comida del mundo se desperdicia (2.500 millones de toneladas), lo que en España se traduce en 7,7 millones de toneladas. Por esto, Too Good To Go, empresa certificada con el sello BCorp, pretende dar visibilidad a este problema y ayudar a que el consumo sea más sostenible. Madalena Rugeroni, directora de Too Good To Go en España y Portugal, es clara “antes estas cifras abrumadoras no eran visibles, ahora sí, lo que creo que ayuda a que haya una mayor conciencia y mayor respeto sobre la sostenibilidad […] A día de hoy hemos salvado más de seis millones de packs sólo en España, pero queremos salvar otros cinco en el transcurso de este año y sumar más establecimientos (hoy colaboran con más de 14.000), sobre todo grandes cadenas porque así tendremos un mayor impacto”. También es optimista, ya que considera que con la pandemia las personas empezaron a valorar más y a planificar mejor las comidas, y confía enormemente en las nuevas generaciones que llegan más concienciadas y decididas a ejercer presión sobre las empresas para que tengan políticas internas y externas de sostenibilidad.
Pero el activismo del equipo de Too Good To Go, hoy presente en 17 países europeos, Estados Unidos y Canada, no se queda ahí, porque bajo el hashtag #LaComidaNoSeTira colaboran también con centros educativos, hogares y administraciones públicas, desarrollando herramientas y recursos educativos que puedan utilizar los profesores en sus clases, creando campañas e iniciativas de concienciación y sensibilización o reclamando a las instituciones políticas un etiquetado más transparente. Tal fue el caso del distintivo que crearon junto a 23 Marcas Waste Warrior que rezaba: “Antes de tirarme comprueba si sigo en buen estado. Mira, huele y prueba”. Y es que, como en todo, los sentidos –el común incluido– son fundamentales a la hora de tomar decisiones.