Daniel Cervantes acaba de dirigir un documental sobre su vida, Viva el Noise (2020), que en estos días se ha presentado en el prestigioso festival Inedit, y que da cuenta no solo de su leyenda, legado e influencia, sino también de su carisma, personalidad y bonhomía.
Converso con Paco Loco en la librería independiente Farenheit 451, de visita en Barcelona, y me dice que está supercontento con el documental, que está encantado con que haya concurrido tanta gente al primer pase y que se siente, por fin, un hombre influyente (y lo dice carcajeándose, como quitándole toda la importancia). “Lo que más me gustó -matiza- fue que vino mucha gente a decirme que le encantaría tener un grupo para poder grabar conmigo”. Y es que esto es así todo el rato en la vida del productor y músico indie: todo el mundo quiere a Paco Loco.
Por el estudio de Paco Loco (que dirige junto a su mujer, Muni) han pasado cientos de grupos. Ha perdido la cuenta, pero debe haber grabado ya más de mil discos. Entre ellos, algunos cantantes mainstream (Enrique Bunbury, Miquel Erentxu), grupos relevantes del indie (Lori Meyers, La Habitación Roja, Mishima), pero sobre todo grupos emergentes. De algunos de ellos habla en sus dos libros editados hasta la fecha: Loco, cómo no llevar un estudio de grabación (2019) y Loco 2, cómo llevar un estudio de grabación y no morir en el intento (2020), ambos publicados por la editorial Hurtado & Ortega; libros asequibles y nada técnicos, basados más en lo humano del trato con los músicos que con lo tecnológico del experto.
En su faceta de productor, nos cuenta Paco Loco que muchas veces le toca salvar las canciones que graba, que lo consigue dejando descansar un tema y retomándolo a los días, porque “cuando lo escuchas dos o tres días después tienes otra sensación”. Y ello tiene que ver con la satisfacción, pero también con el deber: “Yo cuando una canción no me está gustando me esfuerzo mucho para que me guste; tengo que conseguir que la canción sea redonda. Ése es mi trabajo y por eso la canción me ha de convencer”, dice. “A veces lo ves tú, el error, y los músicos no. Ese caso es el más difícil. Es un poco complicado, pero cuando se lo digo lo suelen aceptar bien”. No obstante, hay una ley cuasi universal: “Cuando una canción gusta, gusta a todo el mundo desde el principio”.
“¡Esta es la pregunta del millón!”, grita Paco Loco cuando le pregunto sobre qué ha de tener una canción de éxito. Y añade: “Por suerte no lo sé yo ni lo sabe nadie”. Que una canción conecte con el público es, pues, un misterio. Pero lo que sí que tiene claro el productor es que una buena canción ha de tener “una buena melodía en la estrofa y un buen estribillo. Y luego eso puede estar vestido como quieras. Pero eso sí, debe estar tocado de una manera original y arriesgada”. Y pone como ejemplo el ruidismo de la Velvet Underground o de Low.
Como músico, tanto en sus proyectos propios como cuando toca con otra gente, a Paco Loco le gustan los recintos pequeños “donde tengo un contacto muy directo con el público y puedo incluso bajarme y hablar con ellos”. Aunque matiza, “también es cierto que no tengo un éxito masivo y que si fuera así igual me sentiría cómodo en el Palacio de deportes”. Y, reflexivo, sentencia: “Pero no, eso no va a pasar nunca”.
Donde sí está teniendo un éxito inesperado es en el mundo de los libros. Nos cuenta que, gracias a la cálida acogida de su primer libro (ya va por la sexta edición), sí que sintió la presión de la escritura de cara al segundo, temía no estar a la altura. Pero, se dijo: “parece ser que cuando escribo, conecto más con la gente que cuando hago música y pensé, ¡pues tengo que aprovechar!”. Medio en broma medio en serio, dice Paco Loco que su próximo libro se llamará “Cómo cerrar un estudio de grabación”.