Esta no es su primera colaboración con el mundo del cine, pues el hecho de vivir en un pueblo tan pintoresco y turístico facilita que, veraneantes como Neil Jordan, conozcan su trabajo. “Yo le decía, oye Neil si algún día necesitas un dibujante para un storyboard yo me apunto. Me llamó, para hacer dos escenas complicadas [de Greta], pero creo que no salgo ni en los créditos”. Pero a quien ahora debe estar más agradecido es a Octavia Peissel, coproductora desde hace una década de las películas de Wes Anderson: “Conocía mis dibujos, pues veranea desde pequeñita aquí. Ella me puso en la lista de candidatos al trabajo de ilustrador en la película. Al final me hicieron unas pruebas y me cogieron”.
Lo que al final han sido tres años de intenso trabajo inicialmente consistía en elaborar algunas ilustraciones para ocho portadas de la revista The French Dispatch, que aparecen en la película, y un retrato de Bill Murray. Pero después le fueron pidiendo más cosas, como los dibujos que aparecen en el inicio de cada capítulo, más y más posters… Y retos como realizar ese mismo retrato con café y mermelada. Un experimento muy extraño, probamos mil cosas, encima en unas servilletas, que se deshacían… Era complicadísimo”. El delicioso videoclip (también dirigido por Wes Anderson) de la versión del Aline de Cristophe interpretada por Jarvis Cocker quizá haya sido lo más exigente: “Ha sido un trabajo de nueve meses, una locura, pero ha ido muy bien”. Él ha realizado todos los personajes y fondos, que fueron animados por un equipo de ocho personas.
Considera que el trabajo con Wes Anderson “fue muy fluido y hubo un entendimiento mutuo desde el principio”. El nivel de exigencia y la presión casi se la marcaba él mismo, “porque era una oportunidad increíble. Me ha dejado muy libre y ha sido bastante fácil”. Y acudir al set de rodaje y “ver cómo funciona desde dentro, fue la bomba. Estuve allí dos semanas [en Angulema], para hacer detalles en los decorados”. Ya que la película homenajea a la revista New Yorker, a Anderson le pareció divertido hacer un guiño a uno de sus dibujantes, que ilustraba las paredes de la redacción.
El caso es que la fama, cuando llega, lo hace de golpe: “Llevaba años pensando, voy a sacar un poco la cabeza fuera… Pero ha sido un poco bestia, un poco agresivo, todo muy loco”. Tanto es así, que, aunque ya ha colaborado con alguna ilustración para la icónica revista norteamericana, irónicamente, tuvo que rechazar un encargo suyo que le era imposible atender mientras estaba en el Festival de Cine de San Sebastián.