Y un duende juguetón y fantástico que habitaba dentro de mi pensamiento sostenible, fue mostrándome caminos distintos desde perspectivas diferentes. Así nació Anoche tuve un sueño, y entre juegos, optimismo, compromisos y sueños han pasado ya once años; once años desde que Anoche tuve un sueño diera su primer abrazo a la vida, abrazos que siguió dando, por suerte, muchas veces más, cuando amplificaba la voz de aquellas personas que, en el cumplimento de sus deberes, estaban mejorando el mundo, que luchaban por preservar el planeta, los derechos humanos y que no tenían espacio en otros medios. Personas extraordinarias que han encontrado su propósito de vida y que en su ADN corre la voluntad de servir a los demás… personas que ahora mismo, mientras estoy escribiendo este artículo, seguramente, estén salvado vidas o poniendo sus vidas en peligro para proteger los derechos de los que nosotros disfrutamos, porque tenemos la suerte de haber nacido aquí y no en otro lugar de este bendito planeta. Yo, a todas esas personas valientes que no apartan la mirada, las llamo emponderadoras sociales. Todas ellas son personas que quieren devolverle al mundo el poder que da la esperanza, personas que saben que no siempre podrán actuar de manera ejemplar pero que intentan hacerlo cada día a través de sus actos y de sus obras. Hechos son amores, ya lo sabemos todos. Siempre digo que son el espejo en el que me gusta mirarme, y es verdad, porque su reflejo nos inspira y nos mejora como especie y por lo tanto, esa mejora aporta su brillo también al planeta.
A estas alturas de la película y si habéis conseguido llegar hasta este párrafo, ya os habréis dado cuenta de que soy una soñadora, sí, por supuesto, una soñadora despierta que una década atrás soñó con un mundo donde la sostenibilidad estaba en el primer nivel estratégico de las empresas, entidades, instituciones y de la sociedad… un sueño compartido que fue creciendo y creciendo hasta surcar el azul del cielo, porque nunca debemos olvidar que pájaros de la misma pluma vuelan juntos. Y en este viaje alado compartido, he comprendido que los sueños están para cumplirlos, he comprendido también que el ser humano tiene la capacidad para crear una realidad paralela porque todo aquello que es soñado puede ser real. Todas las cosas de las que nos rodeamos, la silla en la que estamos sentados, la mesa en la que tenemos el ordenador o la tablet, el ordenador mismo, el bolígrafo, cada uno de estos objetos ha sido el sueño de alguien. Un sueño del que todos nosotros disfrutamos en este momento. Pensaréis, sí, vale, muy bien, pero ¿qué tengo que hacer yo para hacer realidad mi sueño? Lo primero de todo es soñar despierto y abrazar las tres c`s magníficas: creer, crear y comprometerse. El mundo puede cambiar, tu mundo puede mejorar, pero a condición de que lo sueñes y te pongas manos a la obra. Y ya sabes, Si no te atreves a soñar, siempre habrá un duende juguetón y travieso que te empujará a hacerlo. Julia Higueras es la fundadora de la revista Anoche tuve un sueño.