¿Qué es para vosotros construir de forma sostenible?
Nosotros partimos de la premisa de que toda acción genera un impacto en el medio. La cuestión es medir el impacto, reducirlo, compensarlo y, a poder ser, transformarlo en uno positivo. Para construir y renovar de manera sostenible, debemos tener en cuenta múltiples variables, como descarbonizar y electrificar la edificación, incorporar energías renovables y materiales de bajo impacto, velar por la eficiencia energética y por un consumo moderado de agua, entre otras acciones.
¿Descarbonizar?
La construcción causa alrededor del 40% de las emisiones de CO2 a la atmósfera. Simplemente usando madera como material de construcción, estamos dando la vuelta a esta situación. En lugar de emitir carbono al producir cemento, podemos capturarlo usando árboles, que almacenan carbono naturalmente. Así construimos ya hasta la estructura de Entrepatios.
¿Qué otras cuestiones habría que tener en cuenta a la hora de elegir materiales?
Aparte de optar por materiales de construcción renovables, también hay que tener en cuenta la distancia que debe recorrer hasta la obra o si se trata de un producto reciclado y/o reciclable. En este sentido, es importante que tenga un patrón de producción y consumo circular, es decir, que llegado el fin de su vida útil no sea un residuo inservible. Es el caso de la madera, el corcho o los aislantes fabricados con ropa reciclada.
¿Cómo podemos reducir y controlar el consumo de agua?
Nosotros reducimos el consumo de agua en nuestros edificios a través de dos estrategias: la colocación de aparatos con reductores de caudal o dosificadores, y la monitorización de los consumos. El hecho de conocer el consumo en tiempo real permite reducciones de en torno al 20%. Además, reciclamos el agua de lluvia y las aguas grises en función de las posibilidades de cada proyecto.
¿Algunas de las acciones más efectivas solo se pueden aplicar si se trata de una vivienda o un edificio de nueva construcción o podemos hacer algo ya en nuestros propios hogares?
Algunas sí, pero no todas. Por ejemplo, a nivel de eficiencia, la energía más limpia es, sin duda, la que no se utiliza. Para reducir al máximo el gasto en energía, lo más efectivo es aplicar un diseño bioclimático y pasivo desde el inicio, ya que, aprovechando la luz del sol, diseñando los sombreamientos adecuados y asegurando la estanqueidad y aislamiento del edificio, podemos reducir al mínimo la demanda energética. Pero, por otro lado, habría que ir incorporando ya energías renovables y hacer que los edificios no emitan CO2, electrificando las instalaciones para evitar cualquier elemento de combustión, lo que mejoraría la calidad del aire en las ciudades.
¿Qué otras prácticas serían útiles?
Si un edificio permite su incorporación, la inclusión de biodiversidad vegetal, jardines y huertos ayuda a regenerar el aire de las ciudades y reduce el efecto isla de calor. Asimismo, afrontar ciertos aspectos desde la colaboración en una comunidad puede ser también altamente sostenible, aparte de económico. Por ejemplo, pagando una conexión a internet en lugar de 17 o comprando en conjunto a través de un grupo de consumo ecológico”.
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