En España hay más de 150.000 bares. Poco a poco la coctelería se va abriendo hueco en muchos de ellos. Ya es posible encontrar en casi todas las ciudades pequeñas y algunos pueblos al menos un par de locales con una buena carta de cócteles, una amplia selección de destilados y una ejecución impecable. Esto se debe en parte a una mejora en la formación de los profesionales y a que ser bartender se ha puesto de moda en los últimos años, cuando llegaron a nuestro país los ecos de la segunda edad de oro del cóctel que se inició con el cambio de siglo.
Sin embargo, todavía muchos clientes tienen miedo de pedir cosas nuevas, de descubrir otros sabores o no ven la necesidad de salirse de su copa habitual. Hay muchos foodies que se dejan sorprender en restaurantes exóticos pero que después piden lo de siempre al enfrentarse a una carta de coctelería. Si el menú está bien hecho, encontrarás seguro un cóctel para ti y, si no, el recetario clásico es amplio y maravilloso. Mi recomendación es probar, probar y probar.
Una forma muy fácil de empezar a innovar y catar cosas nuevas es decirle al bartender qué sueles tomar y que te recomiende cócteles similares. Por ejemplo, si sueles beber gin-tonics de corte cítrico, es probable que disfrutes de un Tom Collins, un Gin Fizz o alguna receta de autor que vaya en esa línea. Poco a poco irás perdiendo el miedo y ampliando tus opciones.
El mundo de la coctelería y sus ingredientes pueden ser en ocasiones algo intimidantes para el neófito, como pasa también al pedir una botella de vino. Sin embargo, los bartenders están ahí para ayudarnos a elegir y suelen hacerlo muy bien, pero a veces no sabemos cómo expresar lo que nos gusta o lo que nos apetece en ese momento. Vamos a ver qué información necesitan para acertar con una recomendación.