“Durante mucho tiempo, el arte fue un mundo de hombres, pero justo en este momento las mujeres estamos creando todo un movimiento y haciendo una diferencia. La mujer siempre ha sido mi mayor inspiración, pero ahora más que nunca”, comenta la mexicana Hilda Palafox. “A veces, a lo largo de mi carrera, he sentido que se me ponían más barreras que a los hombres, pero trato de usarlo a nuestro favor; enfocarme en mirar hacia adelante, hacia el camino que grandes mujeres han creado para nosotras y seguir avanzando, derribando esas barreras”. Y a pesar de estas, Poni (su pseudónimo), se ha consolidado como una de las artistas que mejor ensalza a la mujer con su arte. A través de líneas minimalistas, colores pastel (o blanco y negro, sus preferidos) y un hipnótico equilibrio compositivo, dibuja mujeres pensativas, nostálgicas, con miradas inexistentes, que a su vez desprenden una feminidad, una poesía visual y una fortaleza difícil de explicar. Como si ellas, sin necesidad de nada más que su propia naturaleza de mujer, fueran capaces de todo. En Urvanity 2019 presentará dos piezas realizadas específicamente para la feria, “inspiradas en situaciones cotidianas, pero con un enfoque más poético”.
“En general, el mundo del arte está muy orientado hacia el hombre. Raramente comparto galerías con otras mujeres y, en concreto, el escenario del arte abstracto también es muy masculino”, explica Martina Merlini (Bolonia 1986). Comenzó como ilustradora, con un estilo figurativo a caballo entre Milán y Berlín. Hoy, explora nuevas técnicas y materiales como la cera, el esmalte y la madera. “Soy, por naturaleza, una persona que ama lo multidisciplinar. Comencé mi carrera como diseñadora gráfica, seguí con la pintura figurativa y poco después, descubrí la tercera dimensión, desarrollando instalaciones y esculturas con madera curvada y telas teñidas a mano. Actualmente la madera es mi material favorito, por su facilidad de modificación, curvado y cortado” (de hecho, las dos piezas que trae a Urvanity son de este material).