Warhol, Koons o Lichtenstein, entre otros, ya franquearon los límites entre arte y publicidad. Y desde que el MoMA de Nueva York abrió la veda en 2008 durante una muestra de Takashi Murakami, los museos no han dejado de perfeccionar sus tiendas de regalos para vincularnos con el arte a través de la decoración, moda, libros o gastronomía. Hablamos con Ana Cela, directora de Tienda y Publicaciones de Thyssen-Bornemisza, y Guillermo García-Hoz, diseñador que colabora con dicho espacio.
La tienda del Thyssen encarga cerámicas, adornos y joyas a artesanos españoles. Cela: Creemos en la riqueza y potencial de ese encuentro que surge de la creación contemporánea en diálogo con la historia del arte que se encuentra representada en la colección del Museo. Fomentarlo nos permite mejorar la calidad, el carácter exclusivo y ese vínculo con las obras de arte del Museo que buscamos en los artículos de la Tienda. Pero al tiempo ofrece externalidades muy positivas como el apoyo a la actividad creativa en España, a jóvenes creadores y a artesanos que mantienen o recuperan formas tradicionales de producción.
Top ventas
Lo más demandado en el Thysen-Bornemisza: Ana Cela nos comenta que, ahora mismo están teniendo muy buena acogida algunas novedades como los tres modelos de reloj que hemos hecho en colaboración con Swatch o la gama cerámica inspirada en la obra de Pollock.
En la tienda del Museo del Prado, una de las estrellas es la figura con la que Playmobil ha recreado el Autorretrato de Alberto Durero. Una edición especial que escenifica el proceso de creación del cuadro donde el pintor más famoso del Renacimiento alemán figura con caballete, pincel, paleta y la miniatura del cuadro original.
La librería Laie se ocupa de las tiendas de varios templos del Arte en Barcelona y Madrid. En la capital, por ejemplo, de las de Fundación MAPFRE y CaixaForum. En esta última, un superventas es el Flowersoul, un cuadro que evoca el emblemático jardín vegetal que tiene a su entrada este espacio, hecho con flores secas en proceso de liofilización. También triunfan, por su altísimo nivel, los catálogos de las exposiciones. Estos días, en especial, el de la muestra Faraón. Rey de Egipto.
¿Hasta qué punto son importantes para los ingresos de los museos este tipo de tiendas?
C: La venta de publicaciones del Museo y de artículos de la Tienda supone la segunda fuente de ingresos propios después de la venta de entradas. Es, por tanto, un elemento fundamental en nuestra capacidad financiera. Al igual que el resto de museos e instituciones públicos llevamos ya cerca de una década trabajando por pasar de un modelo en el que las tiendas y publicaciones se externalizaban con empresas que daban ese servicio a una situación en la que han ido pasando, en la mayoría de los casos a la gestión propia por su importancia económica, estratégica y de marca.
¿Cómo es la gestión de los derechos de autor a la hora de producir creaciones para la tienda?
C: La colección del Museo presenta un verdadero paseo por la historia del arte abarcando desde la pintura de los siglos XIII hasta las últimas décadas del siglo XX. Este amplio abanico de posibilidades se abre aún más con las exposiciones temporales que traen al Museo arte actual, moda… Finalmente en algunos casos nos encontramos artículos para los que hay que gestionar derechos de autor de la obra original pero no es algo que nos condicione excesivamente. Realmente lo complicado es elegir entre tanto y tan bueno. Cuando se trata de colaboraciones con artesanos o diseñadores dejamos libertad o hacemos sugerencias, pero dando mucho margen. En el caso de artículos diseñados desde nuestro propio equipo buscamos mostrar esa diversidad artística respondiendo al tiempo a lo que más se nos demanda, las obras más icónicas o atractivas visualmente.
Guillermo García-Hoz ha creado una ballena inspirada en la obra de Canaletto.
El diseñador nos comenta que «Cualquier elemento que yo eligiera tenía que estar relacionado con alguna de las obras del museo, y me gustó vincular la ballena, que es el mar, con la Venecia del pintor, creando un elemento fantástico, como si el animal entrara en aquella. También la elegí porque Canaletto ordenaba la arquitectura según le convenía»
¿Cómo acogemos estas cerámicas en la era IKEA?
GH: Vamos a darle a Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César. Ikea es una producción industrial, y la artesanía es una producción manual, artesanal y cada vez más cercana al lujo. Son cosas diferentes, y entendemos que las dos tienen cabida en las casas de los compradores potenciales, que son los visitantes del museo. Uno de los “top ventas” del Museo del Prado, es la recreación que Playmobil ha hecho del Autorretrato de Alberto Durero.
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