Se define como un adicto a la tecnología pero centra sus iras en el que fuera gurú del sector: Steve Jobs. Mike Daisey es un monologuista estadounidense que ha convertido su Agonía y éxtasis de Steve Jobs (ahora en el Teatro Alfil) en una bomba a las conciencias al poner en solfa a la compañía más grande del mundo en capitalización bursátil.
“El show tiene dos partes”, nos explica Mike Daisey, “por un lado hablo sobre la trayectoria de Steve Jobs, sus éxitos y fracasos. También se trata de ver cuál es el impacto de Apple en nuestra cultura. Por el otro, hablo sobre cómo se fabrican los productos de la compañía en China. Después de leer un artículo sobre dónde se producen comencé a darme cuenta de que no sabía nada sobre su origen. Así que me fui a China a comprobarlo personalmente”. Mike Daisey, un señor orondo con aspecto, al mismo tiempo, simpático y enfadado, no estará en Madrid hablando sobre Steve Jobs pero sí Daniel Muriel, que recitará sus líneas en una adaptación de Nacho Artime con la dirección de David Serrano.
Podremos escuchar, con el lenguaje satírico y punzante de Daisey, las terroríficas condiciones en las que se fabrica esta tecnología: “La gente no entiende que hay personas que trabajan hasta literalmente morir, incluso niños. Estamos hablando de fábricas inmensas en las que trabajan cientos de miles de personas. Empecé investigando Foxconn, que trabaja para muchas compañías de electrónica, no solo Apple también Dell y muchas otras. O sea, que una sola compañía lo hace casi todo. Me fui a su central en Shenzen, donde viven 14 millones de personas y es donde se produce la mayor parte de la electrónica que consumimos. Es increíble que al mismo tiempo no conozcamos ese lugar y por el otro en nuestras casas haya muchas cosas producidas allí”.
Haciéndose pasar por profesor, tarea que también ejerce, Daisey entró en China dispuesto a descubrir los oscuros secretos de Foxconn. Se encontró con un panorama en el que la libertad de expresión es nula. Pero consiguió hablar con cientos de obreros en una fábrica en la que trabajan más de cuatrocientas mil personas. “Lo más sorprendente para mí fue la resignación con la que aceptaban trabajar en condiciones inhumanas. El Gobierno chino, un régimen fascista en el que no existe ningún tipo de libertad de expresión es el aliado perfecto para las corporaciones porque crea a un pueblo que está acostumbrado a no quejarse por nada. Cuando les preguntaba qué cambiarían de su trabajo contestaban que nunca se les había ocurrido pensarlo”. Los suicidios son la cara más terrible de una situación escandalosa en la que la gente trabaja doce horas diarias sin días libres por apenas 100 euros, incluidos niños de 12 años.
Con un exitoso recorrido por Estados Unidos, Agonía y éxtasis de Steve Jobs ha despertado conciencias e incluso ha obligado a la compañía a, cuando menos, comenzar a responder preguntas sobre la situación de sus trabajadores y llegar a un vago compromiso sobre la posible mejoría.
Daisey también se ha visto envuelto en alguna polémica que otra. Acusado por la prensa estadounidense de exagerar y de mentir sobre su supuesta experiencia directa de las fábricas de Shenzen, el monologuista tuvo que disculparse por dejarse llevar por su indignación por el asunto. Excesivo y polemista, es difícil no ver a Mike Daisey, que ejerce como activista de izquierdas en su popular blog, como un trasunto del célebre Michael Moore. El autor se vio obligado a hacer algunos cambios y defendió que en ningún momento había mentido. Enfrentarse a uno de los personajes más admirados del mundo no es fácil y los enemigos surgen por todos lados lo cual no impide que Daisey también haya aprendido alguna lección sobre imparcialidad por el camino.
Texto: Juan Sardá. Foto: Agonía y éxtasis de Steve Jobs.
Agonía y éxtasis de Steve Jobs. Teatro Alfil. Del 27 de septiembre al 9 de diciembre.