¿Por qué conformarse con la realidad aumentada del 3D cuando, por sólo dos euros, uno puede convertirse en verdadero productor de una película? No busquen la letra pequeña y déjense sorprender por un nuevo modelo de negocio que ya está revolucionando la manera de rodar películas y la forma de disfrutar del cine en medio mundo.
La receta se conoce como crowdfunding y consiste en la financiación colectiva de proyectos creativos a través de internet. Más de tres mil productores avalan ya El Cosmonauta, la primera película en España que utiliza este tipo de aportaciones individuales y licencias Creative Commons para su desarrollo. El guión lleva colgado en internet dos años, tiempo en el que los miembros del colectivo Riot Cinema han reunido la ayuda necesaria para la materialización de este sueño, que será distribuido a través de internet, DVD, televisión y cine en un nuevo concepto de experiencia audiovisual. “Pensamos que el crowdfunding no sólo podría suponer el levantamiento financiero de un proyecto sino, mucho más importante, el comienzo del contacto con el público”, explica Nicolás Alcalá, director y guionista del largometraje. “Desde el principio quisimos sacar adelante una idea que fuera consumida como a nosotros nos gusta consumir. Por eso pensamos en internet como plataforma de lanzamiento y distribución, lo que nos permitía contactar con el público a través de diferentes redes sociales, interactuar con él al mismo nivel, de manera horizontal y cercana”.
El Cosmonauta nos habla del recuerdo y del deseo. En octubre de 1975, Stan se prepara para ser el primer cosmonauta ruso en llegar a la Luna. El viaje lo llevará a los confines de la ciencia, pero también sobre los abisales de sus recuerdos en una historia de influencias tarkovskyanas que se propone quebrantar las códigos de la memoria y las leyes de la física. Claro que la ciencia-ficción nunca se escapa de las 68 páginas que encierran el relato sobre el papel. Fuera de esos márgenes, todo está bajo control. Desde el 11 de mayo de 2009, día del lanzamiento de la web (elcosmonauta.es), han logrado una treintena de inversores que han aportado entre 1.000 y 5.000 euros, un goteo constante de nuevos productores, presencia en medios nacionales e internacionales y varios acuerdos con compañías de peso dentro del sector, como Globomedia, Filmin, Cameo y Phenomena Films. “Nosotros no hemos inventado la pólvora”, asevera Carola Rodríguez, directora de producción. “Antes que nosotros ya ha habido muchas otras experiencias de éxito en materia de crowdfunding a nivel internacional. Iron Sky, Sita Sings the Blues, Artemisa Eternal, The Age of Stupid… Tal es su potencial, que estamos convencidos de que no se trata de un fenómeno puntual y pasajero, sino de un cambio radical de mentalidad”.
El rodaje de El Cosmonauta comienza el próximo 27 de mayo en Moscú y continuará luego en Madrid, donde Riot Cinema tiene su sede. De momento, han adelantado en su blog un tráiler que apela sin complejos al cine de autor. “Creemos que en el proceso creativo el artista ha de mantener cierta cuota de autoridad para poder controlar su obra”, dice su director. “Pero el mismo proceso de escritura del guión no habría sido el mismo si no hubiera tenido ese contacto directo con la comunidad”. Por delante les queda mucha claqueta por crujir en localizaciones separadas por miles de kilómetros de distancia. “Varios acuerdos de service con una productora moscovita, sumados a la ayuda de la embajada rusa en España y de la española en Rusia, así como el apoyo de varios cosmonautas y otra serie de instituciones, nos permitirán llevar a cabo un rodaje de varias semanas en Moscú con un equipo mixto de técnicos”, cuenta Bruno Teixidor, director de diseño.
El resultado final de El Cosmonauta no diferirá en calidad de una película convencional. “Una optimización de los costes, el compromiso total de los técnicos y un uso inteligente de los recursos harán que cada minuto de metraje luzca como si hubiera costado cuatro veces más”, confía Alcalá. Además, cuentan con una nada desdeñable subvención del ICAA a proyectos audiovisuales que fomentan el uso de las nuevas tecnologías. En este caso, la ayuda está dirigida al plan de transmedia, para la distribución de los contenidos a través de internet y móvil principalmente. “Es la única que hemos solicitado, ya que es la que creemos que más encaja con el proyecto”, advierte Carola Rodríguez. “No nos planteamos pedir subvención ni de proyecto de largometraje, ni de amortización. Hay que ser coherentes con la naturaleza del proyecto”.
Texto: Manuel Dallo. Imágenes de El Cosmonauta.