Will Johnson es líder por accidente de toda una generación de songwriters estadounidenses que bucean en la música de raíz en busca de la esencia del pop y apóstata de la colaboración inesperada.
No hay duda cuando se habla de grupos que le han dado un giro a la música tradicional americana. Wilco son profetas de un sonido que han hecho suyo hasta convertir el country alternativo en un género abierto a las nuevas tendencias. Los de Chicago no son la única voz válida, como a menudo se quiere hacer ver. Will Johnson, de profesión músico discreto, también tiene mucho que decir. Al frente de Centro-Matic –“el sonido físico”- o de lo más introspectivos South San Gabriel –“mi parte espiritual”-, lleva una década dando valor a una actitud artística que le ha granjeado comparaciones con gigantes del country-rock como Townes Van Zandt o Vic Chesnutt, a quien rinde tributo junto al resto de South San Gabriel en un concierto especial programado en el Día de la Música Heineken.
El valor de Chesnutt en la tradición moderna norteamericana adquiere toda su dimensión en ejercicios como el que dispone Johnson y su grupo. Una suerte de colaboración con el fallecido cantautor de Georgia –se suicidó en el día de navidad de 2009-, que deja en evidencia el trasfondo argumental de Johnson como escritor de canciones. “Comencé a escuchar a Vic mucho antes de que empezara a escribir canciones sobre mí mismo”, dice Will. “En 1990 compré Little, y no se movió de mi tocadiscos en tres meses. Valoro mucho el buen ojo que tenía para el desarrollo de los detalles y su humor. Los personajes de sus temas tienen tan importancia y resonancia en mí como cualquier otro de la ficción americana”.
Johnson es un músico con el alma divida entre sus dos proyectos. A menudo se confunden, incluso ha publicado disco conjuntos –una colaboración consigo mismo, lo llaman-, como el magnífico Eyas. Centro-Matic es un combo de indie-rock eléctrico y vibrante tan lleno de matices y detalles que lo libera de comparaciones. South San Gabriel es una monumental obra de orfebrería folk. En ambos, el sello de Johnson es evidente, pero hay diferencias: “hasta ahora: uso del espacio y el tráfico de sonidos”.
Respetado y admirado por la flor y nata de la independencia yanqui y adulado entre la crítica, ha cultivado una ristra de colaboraciones y proyectos al margen con gran proyección mediática. Desde el all-star del nuevo folk, el irónico proyecto Monster of Folk, junto M. Ward y Bright Eyes, entre otros, a la The Undertow Orchesta, junto a David Bazan o el propio Chesnutt, pasando por la brutal colisión de talentos que fue el disco a pachas con Jason Molina, de Magnolia Electric Co. Johnson encuentra en la sinergia de ideas un espacio “saludable” para la creatividad. “El cambio de paisaje es positivo, es el punto en el que se aprende más de los otros y uno mismo”, reconoce. “Las colaboraciones sacan a la superficie lo inesperado. Incluso una colaboración fallida es útil como experiencia”.
Una de las más positivas fue la que le llevo a Arbucíes, la población catalana donde presentó el proyecto con Anímic, el grupo de folk más inspirado del panorama nacional. “Son una banda increíble y, lo más importante, buena gente. Su química, versatilidad y apertura de miras me dieron muchas ideas. Espero poder volver a tocar con ellos”.
Texto: Jaime Casas
South San Gabriel actúan el 18 de junio en el Día de la Música Heineken en Matadero Madrid.