Este momento fue capturado el 12 de junio de 2007 en Chelsea Barracks, Chelsea. Londres. The White Stripes estaban tocando para los veteranos de guerra. Era algo así como una acción para despertar la conciencia de los pensionistas porque había un plan para vender tierras y construir pisos en ellas. A los pensionistas les encantó el concierto, particularmente cuando Jack y Meg White tocaron una antigua canción de los tiempos de guerra que los pensionistas conocían. “Para mí, fue un honor poder fotografíar todo el concierto. Además, después del mismo tuve la oportunidad de realizar algunas fotos posadas”. Así es como Andy Willsher transforma en palabras uno de los momentos más destacables en su carrerra profesional. El fotógrafo, al que le hubiera gustado trabajar en los directos de The Smiths o de David Bowie en la época de Ziggy Stardust, ha tenido la oportunidad de capturar momentos irrepetibles de bandas como U2, Muse, The Rolling Stones, Arcade Fire, Oasis, The Cure, Crystal Castles o Artic Monkeys, entre otros. Aunque los conciertos se repitan, el ojo que los mira detrás del objetivo es diferente y un sólo movimiento distinto crea una nueva situación y con ella, una nueva perspectiva del artista.
Andy Willsher ha fotografiado a The White Stripes de 2003 a 2007. La primera vez fue en el Shepherd Bush Empire en Londres en mayo de 2003 y después vinieron conciertos en Barcelona, San Francisco, Detroit, etc. Ahora cuando conocemos que ya no habrá más The White Stripes, Andy se muestra triste ante el anuncio de la banda: “Yo era un gran fan del grupo y honestamente, creía que publicarían un nuevo trabajo este año pero tristemente no va a suceder y el mundo será un lugar más pobre sin ellos.” Y aunque habrá Jack White para rato, los colores del vestuario y de la escenografía que los White pasearon por todo el mundo, no se repetirán, “era un placer fotografiarles con esos colores, eran determinantes para mis fotografías. Más cuando los comparas con otras bandas del momento que no han hecho ni harán el esfuerzo de crear algo así”. En su carpeta de trabajos quedarán innumerables fotografías del dúo, pero también una gran cantidad de buenos recuerdos, “Además de no importarles que estuviera ahí, en numerosas ocasiones Jack me daba las gracias por el trabajo. Es algo que siempre recordaré”.
Cuando Andy Willsher tenía 17 años se llevaba a las bandas que le gustaban a un local que tenía en Bedford para fotografiarles. Esas fotos comenzaron a circular tan lejos que un día recibió una llamada de la revista New Musical Express (NME) en la que le proponían empezar a hacer colaboraciones. Sin duda, ese fue el momento en el que su carrera dio un rotundo giro, “entonces supe que mi sueño se haría realidad”. El tiempo ha pasado y sus imágenes, además de llevarse en numerosas ocasiones a la portada, se han expuesto en museos y ciclos dedicados a la música y la fotografía son una muestra del momento que vivimos y de las generaciones de músicos que han marcado (o lo hacen ahora) una época. Entre esas tomas hay sesiones de estudio y posados pero Willsher prefiere el directo, la espontaneidad de las situaciones reales: “Me gusta más porque hay cosas que no están bajo tu control y aunque pueden cambiarte todo creo que soy fuerte en esas situaciones. Por ejemplo, hacer fotos desde el escenario te da la posibilidad de tener una perspectiva diferente de lo que la mayoría de gente puede ver. Me gusta más esa posición que las antiguas fotos que se hacían a las bandas desde el foso”.
Texto: Mónica Caballero
Foto: The White Stripes. Concierto en Chelsea, Londres, 2007