Ojo a la foto que incluye esta página: representa una escena de la obra La avería, que dirige Blanca Portillo a partir de una adaptación teatral que Fernando Sansegundo hizo del relato homónimo de Dürrenmatt. Los estrambóticos ancianos juegan a juzgar al joven que está sentado, con cara de susto. Son personal judicial jubilado, y por eso la sociedad los arrincona. La avería está en el top five de la cartelera madrileña por lo interesantes que son las cuestiones que plantea, en relación con el tándem ley-justicia y con lo poco que se respetan a veces las canas, así como por lo divertido que es su texto y por el buen trabajo de su elenco. Uno de los intérpretes, Asier Etxeandía (en la foto, arrodillado en primer plano y con levita), nos comenta la obra.
¿Cuál es la esencia de La avería? Es una reflexión moral en cuanto a la responsabilidad que tenemos sobre nuestros actos y a si es ético juzgar a los demás. Además, habla del abuso de poder que hay en la sociedad que montó la vieja Europa, que tiene unas leyes y un sistema judicial a veces absurdos y que sufre una crisis de valores. Y en tercer lugar, habla de los efectos sociales de la edad: los protagonistas son un grupo de ancianos ya jubilados y excluidos por ello, que se creen muy listos y juzgan un joven que, para su sorpresa, es más consecuente que ellos.
En relación con el argumento: ¿es ético saltarse una ley que uno considera injusta en favor de un concepto de justicia más elevado? Por supuesto, yo me salto las obligaciones legales que considero injustas, y no creo que eso haga daño. Soy insumiso, partidario de la ocupación… Hay que ser comprometido: si algo es injusto, hay que combatirlo, y el movimiento empieza por uno mismo.
La obra habla también de la exclusión laboral y social que a menudo sufren los mayores. ¿Sucede en tu gremio? Es incluso peor que en otras profesiones. Un actor está siempre condenado a la inseguridad absoluta, pero a menudo ocurre que, cuando dejas de ser guapo, te excluyen. Es especialmente sangrante en las mujeres.
La avería es una obra coral. ¿Es más difícil trabajar dependiendo tanto de las actuaciones del resto del elenco? Al contrario, es balsámico. Prefiero trabajar así que tener que destacar con un personaje. Además, hay mucha complicidad entre los actores de este reparto.
¿Te sientes identificado con el discurso de tu personaje, el fiscal? Estoy muy contento con él, es una especie de pajarraco que pretende acabar contigo con su discurso, a la vez un ser malvado y gracioso. Tengo mucho en común con él, aunque no comparta todo lo que dice, y por eso Blanca Portillo me lo ofreció. Me identifico con su emocionalidad, con su romanticismo y con su hastío. Me lo he trabajado como un buitre leonado.
¿Es difícil interpretar a un personaje de casi noventa años? Al principio tenía mucho miedo, aunque a lo largo de la obra estos personajes ancianos rejuvenecen. Pero Blanca ha ido tan a nuestro favor, dándonos mucho tiempo para preparar el papel y entrenar el cuerpo, que ahora me siento muy cómodo. Aunque da miedo hacerse viejo…
Texto: Inés Granha. Foto: Son Aoujil
La avería · Naves del Español. Matadero · Del 17 de marzo al 24 de abril.