El significado etimológico de “fotografiar” es “dibujar con luz”, y alguien tan experto en abrir y cerrar el obturador como José Manuel Ballester es una autoridad en cuestiones lumínicas. En sus fotos retrata espacios arquitectónicos, normalmente urbanitas e industriales, como pretexto para reflejar la luz y el vacío. Ha hecho fotos en China, Brasil y Estados Unidos, y es Premio Nacional de Fotografía 2010. Pero que esto no eclipse sus otras facetas artísticas: también es escultor y pintor (zurdo, para más señas). Le visitamos en su propio estudio.
No inmortalizas a la gente, no retratas a personas… El mío es un retrato indirecto. Sabes que pasó una liebre por un camino porque ves sus huellas: la arquitectura da pistas sobre una cultura que tiene una forma de ver la realidad.
¿Cómo escoges los espacios que fotografías? Me llaman la atención. Los descubro en viajes, lecturas
¿Y vistos en otras fotos? También, para eso hago búsquedas en Google Earth. No sé si selecciono la imagen o la imagen me selecciona. Las fotos son cápsulas de tiempo, una rebelión contra la muerte y el olvido.
¿Tienes algún arquitecto preferido? Sí, pero no suelo retratar sus obras, con excepciones como la Torre Einstein de Mendelsohn o algunas variantes que hizo, en Brasilia Niemeyer, que para mí es un poeta del hormigón. Retrato obras de arquitectos más silenciosos. El protagonismo lo tienen siempre la luz y el espacio vacío, así relaciono luz y tiempo, algo muy propio de la filosofía Tao.
¿La paciencia es una herramienta? ¡Claro! Una vez, en Pekín, fui durante días a un puente, esperando a que no pasasen coches cuando el sol estuviese en un punto, para hacer la foto. Aunque a veces veo imágenes por sorpresa, me vuelvo con frecuencia por si lo más interesante estuviera a mis espaldas. No trabajo con luces artificiales. Y me gusta el conflicto entre ellas; p.e., en una cámara oscura, una luz amarilla se ve blanca, pero si se cruza con luz natural, se azula.
¿Por qué China te resulta tan fotogénica? Por sus proyectos faraónicos. Fotografié su fase preolímpica, su modernización. Y la siguiente, cuando se desarrollaron una línea arquitectónica pegada a su tradición y otra futurista (con May Shapson, p.e.). Ahora fotografío los paisajes que inspiraron algunos de sus poemas tradicionales (fíjate, antiguamente a los funcionarios se les obligaba a ser poetas). Ya estuve por el Río Amarillo y en zonas donde se filmó Avatar.
¿Cómo hiciste la serie de Nocturnos en Broadway? La hice poco después de los atentados del 11S. No se podía hacer fotos con trípode, y tenía que pedir un permiso diario. Luego hice otras fotos en la Zona Cero, y aún fue más burocrático.
Tienes mucha música en tu estudio. ¿Te acompaña al pintar y hacer fotos? A veces. Viajo en busca de música. Fui a Afganistán durante la guerra contra los talibán. Se nos describía a los afganos como bárbaros, pero descubrí que tienen unas canciones basadas en poemas tradicionales de lo más refinadas.
Fotos © J.M. Ballester: Centro Cultural Brasilia, 2010, foto papel Kodak Endura, 180X127, E. 3 ejemplares, 1 PA / en sumario: Pasillo de color, 2010, foto papel Kodak Endura, 180X240 cm, Ed. 3 ejemplares, 1 PA
“José Manuel Ballester, la abstracción de la realidad” · Del 2 de junio al 28 de agosto · Sala Alcalá 31.