Cincuenta años han pasado desde que cogió la cámara por primera vez. Tenía que buscarse un trabajo y la fotografía le gustaba. En el laboratorio de la casa de una amiga conoció el proceso de revelado y se quedó maravillado. “Por entonces no había los niveles de formación que hay ahora. Además era un ambiente muy cerrado y si les pedías a los colegas que te explicaran algo no lo hacían, se ponían como una coraza para evitar lo que ellos llamaban los “intrusos”. César Lucas devoró todas las revistas que podía conseguir del extranjero. París Match, Life… nada que ver con lo que había aquí. “Empecé en la agencia Europa Press, donde no pedían experiencia y hasta hoy. Nunca he hecho fotografía artística sino documental y me sentía muy inspirado con todo lo que veía en esas revistas, en el cine y en los libros de fotografía, que me sigo comprando y estudiando”.
Con veintidós años publicó en Life una fotografía de una Miss Internacional elegida en un concurso en Palma de Mallorca. “Con lo que me dieron por esa foto me quedé alucinado, me pagaron 10.000 pesetas. Salí corriendo y me compré un Rolex”. En esos años empezó a trabajar para la prensa extranjera y creó su propia agencia, de la que el 85 por cierto de lo que salía era para publicaciones extranjeras. De ahí al cine, para trabajar con las más prestigiosas productoras norteamericanas. Por su objetivo pasaron muchas estrellas, de allí y de aquí. A César Lucas se le debe el destape de Marisol. Una foto en la portada del Interviú que empapeló calles y quioscos. “Ninguno fue consciente de lo que iba a significar aquello y de lo que sigue provocando hoy. Acabábamos de salir de la dictadura. Había muchísima presión sobre lo moral, pero sobre todo, es que era Marisol. Fue sorprendente porque no hubo una sola palabra negativa hacia ella, en la que ella quedara mal”. Pero César Lucas es mucho más que el autor de esa imagen. Con tan sólo 19 años retrató al Che Guevara en su visita a Madrid. Luego, la muerte de Franco y los años de la Transición, dejándonos imágenes que han hecho historia. Él ante todo se define como un periodista de fotografía y tiene claro que todas las fotos cuentan y han contado la historia. Lo que un día fue noticia, hoy es un documento.
La exposición que le dedica ahora el Museo de Arte Contemporáneo de Madrid es como un colofón a su carrera. “Mucha gente se sorprende de que algunas fotos sean mías, por lo antiguas que son. Me han llegado a preguntar si la foto la hizo mi padre, y él nunca cogió una cámara. Para la exposición he mirado hacia atrás y he visto a cinco o seis fotógrafos, no sólo a uno. He pasado por muchas generaciones y hay fotos que tienen veinte años y parecen muy modernas, y otras que al revés”. Las últimas no tienen nada que ver con aquellas del principio y para él ha sido una experiencia muy bonita volver a todas ellas. “Esta exposición es para todos los públicos. Va a avivar muchos recuerdos y a otra gente, va a descubrirle cómo fueron muchas cosas”.
Se emociona cuando descubre que en un territorio tan difícil “mis colegas me quieren mucho”. Ha sido y es considerado como un maestro del fotorreportaje en España y uno de sus editores gráficos más importantes. Él de lo que presume es, “y si hace falta a gritos”, de haber sido un gran profesional. Al que empieza le recomienda que trabaje “la inspiración llega con el trabajo”.
Texto: Ana Berruguete
Foto: César Lucas, Pintada realizada tras una manifestación franquista, Madrid, 1975
César Lucas “El oficio de mirar” · Museo de Arte Contemporáneo de Madrid · Centro Cultural Conde Duque · Del 15 de octubre al 10 de enero