Tres días recortando plumas de papel para personalizar un patito de goma. Semanas recogiendo chatarra para crear un instrumento de seis metros de ancho y casi dos de alto. Joel Lozano reivindica las manualidades porque «debajo de lo digital siempre hay un trabajo manual». Collages, dibujo, serigrafía o grabado forman parte de su experiencia vital. En Studio Copyright (2001), su estudio de diseño, trabaja con una mano en el teclado y la otra en el lápiz óptico. De esa combinación han salido trabajos como el patito de goma para la exposición Duck Fever Show o el Chatarrófono, pero también tipografías experimentales, la revista Copyright Magazine y trabajos para marcas internacionales.
¿Qué papel tienen los «trabajos manuales» en tus creaciones? Estudié diseño gráfico en la Escola Massana de Barcelona y hasta la mitad del segundo año no comencé a utilizar el ordenador, por lo que todo lo que hacía era manual. Desgraciadamente, los timings para trabajos comerciales no te dejan siempre poder aplicar este tipo de técnicas. ¿Ilustración o tipografía? Depende de lo que quieras comunicar. En la portada de este número podrías decir que lo que predomina es la ilustración, pero no deja de ser tipográfica. En casos como este me parece más interesante llamar la atención y que puedas entretenerte en descubrir qué carajo pone.
¿Qué hay de manual en la portada? El acabado es digital, pero el proceso ha sido en gran parte manual, y eso no sabes por qué, pero se percibe. He partido de una redundancia en clave de humor, en la que he dibujado letras que eran manos y brazos. Éstas están escondidas, pero si te fijas las puedes ver en las terminaciones de las letras. Como en cualquier aspecto de la cultura, siempre hay una mano con nombres y apellidos detrás. También creas tipografías… Sería incapaz de crear una tipografía de texto, pero me divierte crear tipografías modulares, tipografías display, alfabetos para proyectos en concreto o por puro placer.
¿De qué forma? Lo primero es dibujar unos cuantos caracteres en papel y luego vectorizarlos, generar un alfabeto completo, y generarlos en fontographer. Después hay que crear todos los signos de puntuación, controlar los espacios, las interlineas, la caja alta, la caja baja, podemos entrar en ligaduras, en caracteres especiales, y un sinfín de procesos de correcciones ópticas, que pueden volver loco a cualquiera.
Para tipografías como las que yo hago, el trabajo no es tan exhaustivo, y los procesos son muy variados. A veces las hago a mano, otras parto desde cero digitalmente, y en otras como en el caso de MotoType, a partir de unas fotos de motos, vectorizo sus piezas y con esos módulos hago un alfabeto, que probablemente no tenga ninguna utilidad, pero es interesante como proceso creativo.
¿Artista, diseñador, ilustrador? De todo un poco, primero soy diseñador gráfico y, después, como he dicho antes, todo lo demás.
Referencias… Neville Brody y la creación de Fuse, el trabajo de House Industries, Rudy Vanderlans con Emigre. Todos ellos han tenido una carrera como diseñadores gráficos que han combinado con un especial interés por la tipografía.
¿Qué te diferencia de otros? Me gusta utilizar el humor o la ironía visual. Además, no me da miedo no especializarme y tocar todos los palos: tipografía, ilustración, motion graphics, animación, branding, packaging, editorial, web… Me divierte lo que hago y creo que eso se transmite.
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Txt: Patricia Reguero